CEN, HUAYNALAYA Y CONARE...
¿Es imposible la unidad?
María Jiménez
Redactora de Bandera Socialista
Ayer una profesora de una colegio
de la zona sur de Lima, en una reunión de su sector preguntada casi desesperada:
¿Por qué no se juntan los maestros
de provincias (Huaynalaya) con los de Lima si los dos hablan de unidad? ¿Qué pierden si
marchamos unidos?
Algunas personas del auditorio,
moviendo la cabeza negativamente, riéndose por la ilusa maestra, o mirándola como
si fuera inocente, poco experimentada en las luchas magisteriales. Otros volteaban
con rabia como si fuera traidora por pedir machar con el CEN.
Lo cierto es que hay muchos
maestros que se preguntan esto, la gran mayoría de los casi 30 mil maestros que
se están movilizando por las calles limeñas desde el 5 de setiembre.
En el auditorio, las respuestas
fueron diversas pero que giraban casi en el mismo sentido: nunca marcharemos
con el CEN porque son traidores, son de Patria Roja que tanto daño ha hecho al magisterio.
Otros explicaban que solo puede haber unidad con los que tienen acuerdo en su plataforma
de lucha y como el CEN plantea nueva ley entonces no podemos unirnos con ellos.
Pese a estas repuestas la profesora
que tiene casi 20 años en el magisterio quedó un tanto decepcionada y
confundida, pero sacando su conclusión: Los maestros necesitamos la unidad para
ser más fuertes y estos grupos no quieren dar su brazo a torcer. Se paró y se
fue dispuesta a explicarles a sus colegas del colegio la realidad para que
luego decidan si levantan o no la huelga.
No marchar con el CEN por las
razones expuestas, puede sonar lógico para muchos maestros, incluso para maestros
que se movilizan por las muchas cuadras de Lima y que también tienen mucha
desconfianza por el rol del CEN y Patria Roja en las diversas luchas
emprendidas, y que gritan a viva voz: “¡No traicionen nuestra huelga!”.
Por otro lado, los dirigentes del
CEN arguyen que no pueden unificarse porque las fracciones que están en huelga
(Huaynalaya) y los que estuvieron en huelga en Junio (CONARE) son filosenderistas,
y que intentan dividir al magisterio levantando programas ajenos al magisterio
con propuestas caducas.
Ante esta perspectiva no hay manera
de lograr la unidad, sin embargo si estos grupos verdaderamente quieren la
unidad pueden encontrarla, si dejan de lado sus intereses de grupo, e incluso
pueden coincidir en una plataforma de lucha que beneficie al conjunto de
maestros. Es decir, que Zenón Pantoja (sucesor de Huaynalaya) y René Ramirez (para
no hablar de Condori que hoy no está en huelga y por el contrario la ataca) establezcan
una plataforma mínima para garantizar la UNIDAD que todos los maestros
exigimos. Esa plataforma que pensamos es la que garantizaría la tan ansiada unidad
es: Rechazar la ley de Reforma Magisterial presentada por el gobierno que
deroga la Ley del Profesorado eliminando la estabilidad laboral y exigir
aumento de salario. Todo lo demás que entre a una amplia discusión, dándole vida
a los organismos de base, de manera que hayan reuniones democráticas donde se
discuta qué ley es la que quieren los maestros (aunque ya tenemos esta
respuesta porque los maestros exigen la vigencia de la Ley del Profesorado).
Si todos los maestros nos unimos en
torno a estas dos banderas de lucha y emplazamos al sector del CONARE que entre
en huelga seríamos aproximadamente 300 mil maestros gritándole al gobierno que
no queremos su Ley y queremos aumento, teniendo más probabilidades de ganar.
Si ganamos esta bandera todo
quedaría como esta, es decir: Ley del Profesorado vigente, CPM (que es una ley
muerta) e incluso tendríamos aumento de salarios. Esto sería una verdadera
victoria del magisterio peruano.
Esta lógica solo será posible si
verdaderamente estos grupos colocan la unidad por delante de todos sus
intereses: CEN discutir su Nueva Ley del Profesorado y perpetuarse en la
Derrama Magisterial, y Huaynalaya tumbarse a Patria Roja para colocarse en la
dirección del sindicato.
Lima, 26 de setiembre de
2012
Patria Roja y qué el SUTE- CONARE?
ResponderEliminarPara responder a esta pregunta es necesario revisar detenidamente ambas plataformas de lucha, y en base a esto analizar las coincidencias y divergencias que han llevaba al sindicato a esta irremediable división. Llamar a la unidad sin haber antes analizado esta situación ha sido un error, creo.
No hay duda de que hay coincidencias en sus plataformas. Ambos piden el 30% por preparación de clase y el pago de la deuda social, sin embargo hay un punto central que es desde mi punto de vista el eje de sus demandas y la causa de la división del sindicato. Por un lado el SUTE Patria Roja pide que se debata su propuesta de proyecto de ley presentado al pleno del congreso, y por el otro el SUTE- CONARE exige el respeto y vigencia de la ley del profesorado, la 24029 .Como verán ambas demandas son opuestas y aun así tienen respaldo del magisterio.
Como político hay que tratar siempre de ser objetivos para no cometer errores, digo esto porque mi error fue creer en la unidad, sin saber que el eje de sus demandas era diferente y opuesto.
En el afán de ser objetivo tengo que mencionar que ya son 21 regiones las que están acatando la huelga convocada por el SUUTE Patria Roja, mientras que en la pasada huelga convocada por el CONARE apenas llegaban a 8 Ó 9 regiones , no recuerdo bien. Lo que quiero dejar bien claro compañeros es que al parecer la mayoría de los docentes esta con el SUTE Patria Roja y con su plataforma: el SUTE-CONARE ha pasado a ser un grupo minoritario dentro del sindicato.
ISAAC.
Respuesta a Isaac:
ResponderEliminarBásicamente te batallas tres preguntas centrales, y ellas no son fáciles, pues hay que escudriñar por los recovecos legales de la política-
¿Qué exige el SUTE Patria Roja y qué el SUTE- CONARE?
¿Hay coincidencias en sus plataformas? Y si los hay cual son?
¿Es un error levantar consignas hacia la unidad del SUTEP, o en todo caso el apoyo?
Primero que nada entre las dos leyes que son la génesis del debate (24029 – 1980, 29062-2006), que da motivo a la eliminación o creación de una nueva ley, Existe un salto de enfoque sobre educación Pública y los derechos laborales de una ley a la otra, más puntualmente en el art. 13 inc. a, de la ley que se quiere desaparecer dice al respecto de la estabilidad laboral “Los profesores al servicio del estado tienen derecho a la Estabilidad laboral en la plaza, nivel, cargo, lugar y centro de trabajo. Y la ley antípoda, llamémoslo de esta manera, porque es ahí donde la estabilidad laboral se pierde y la iniciativa de socavar la educación pública se legaliza, puesto que esta ley es el fruto y la concreción de una serie de reformas educativas como la ley general de Educación 28044 que es base para la formulación de más leyes posteriores a ella, pues ahí se fundamentan las propuestas por el gobierno o bien por el CEN del Sutep. Esto tiende un fondo y es nada menos que atraer a toda una población de maestros y eliminar la dicotomía existente, por medio de la asimilación a una nueva ley ya sea creada burocráticamente por el gobierno o por el CEN-SUTEP, pero repito, leyes que se fundamentan primero que nada en la constitución del 93 y luego en la ley general de educación.
No defender la antigua ley del profesorado es aceptar leyes en donde redundan conceptos neoliberales como la productividad, la eficacia, eficiencia, servicio que son sustentos teóricos para la mercantilización, cosificación de la educación y por efecto un sistema educativo con premisas políticas de racionalización, austeridad y liquidación la estabilidad laboral.
Ahora sobre las coincidencias entre las plataformas de lucha, estás no necesariamente son sustanciales en el sentido que no determinan el carácter de una ley u otra. Para ser más precisos el SUTEP reclama: el reconocimiento del derecho al 30% por preparación de clases, elevar el piso salarial, el respeto a la estructura de la carrera pública del profesorado de cinco niveles contraria a la propuesta por el estado de 8 niveles; todas ellas de carácter economicista, claro sin desmerecer lo reivindicativo, ellas no son el deslinde de posiciones.
Llamemos a la unidad sí, pero defendiendo la educación pública y la estabilidad laboral; no a los despidos sin retorno, porque las evaluaciones del desempeño que conducen o concretan el ascenso de nivel también conducen al despido.
MARIO B.